El petróleo mantiene una relación tensa con la pandemia.
Europa ve acercarse lo que se temió desde el principio de la pandemia en marzo de este año: Un rebrote. Y es que, aunque todas las miradas y esfuerzos están puestos en regresar a la normalidad y en encontrar formas eficientes de frenar o disminuir el contagio, a la par que se impulsa el desarrollo de una vacuna de manera frenética, con avances en medicamentos y tratamientos que han ayudado a reducir un poco el índice de mortalidad entre los afectados por el virus, la realidad es que todo esto, se ha quedado corto. Mientras Europa vuelve a un confinamiento parcial y a rebrotes que hacen obligatorio el cierre nuevamente de espacios públicos, colegios, universidades y demás, Estados Unidos aún no sale de la primera ola del virus y se tema que pueda ser peor, mientras América Latina se encuentra tratando de superar la primera ola, en medio de crisis económicas abruptas, escándalos de corrupción, elecciones y nuevos movimientos migratorios considerables; es decir que a realidad geopolítica actual es compleja y en medio de esa complejidad, las previsiones hechas entre abril y mayo por la OPEP+ sobre la caída en la demanda del petróleo durante el 2020 y los recortes concertados entre los productores mundiales, para disminuir el margen de pérdidas, teniendo solamente la producción necesaria anticipada, ha rendido frutos, evitando un desastre en la economía global y un grave golpe para economías dependientes de la producción y exportación de petróleo como Colombia.
Con la llegada del final del año, muchos pronostican un aumento en la demanda por la llegada del invierno boreal en el hemisferio norte, aunque todos los pronósticos de momento no pueden ser cien por ciento fiables, dado la complejidad de la situación en torno a los factores enunciados.
Ahora solo queda esperar que los contratiempos actuales se superen de manera rápida y que la tranquilidad tanto de los países como de los mercados, marquen una recuperación pronta en la producción y exportación del petróleo, que beneficiarán las economías golpeadas por los grandes gastos asumidos por la pandemia.
Por ahora, la OPEP mantiene las previsiones de 90,3 millones de barriles diarios y las previsiones de recortes programados hasta inicios del 2021, acordadas a inicios de este año.