Esta semana el precio del petróleo ha mostrado un gran comportamiento y ha subido su precio hasta niveles pre pandemia, un movimiento que no se esperaba tan pronto dadas las previsiones tomadas el año pasado en medio de la crisis por la OPEP+, en las que se acordó un recorte en la producción que permitiera igualar la oferta y la demanda del crudo, dinamizando así su precio, el el año pasado llegó a ser negativo.

Sin embargo, las medidas de la OPEP en cuanto a la producción no se relajan y mantienen un férreo control de la producción, para seguir impulsando la estabilidad en el precio internacional del petróleo. Esto ha permitido un respiro a pequeñas y grandes economías petroleras, que ya se veían en una crisis gracias a los fluctuantes precios del crudo durante el 2020. Un año que también obligó a replantear el apostar todas las cartas de una economía soberana a un solo activo. 

Si la vacunación avanza y los países pueden bajar sus tasas de contagio, lo suficiente como para abrir todas sus actividades, seguramente la OPEP relajara poco a poco los topes de producción y a medida que crezca la oferta de un mundo post pandemia, crecerá la oferta del petróleo. 

Por ahora el panorama parece estable, tanto para los compradores como para los vendedores, se estima que el precio de referencia WTI llegue a un aumento del 6% y se sitúe por encima de los 60 USD.

El petróleo se ha marcado como un activo fuerte aunque volátil desde que apareció en el mercado y sin duda es un pilar fundamental en el movimiento general del mercado internacional, dando o quitando estabilidad al comercio en general. Las graves caídas y cambios que tuvo durante el 2020 el petróleo, demostró su importancia como pilar en la economía global, ante lo que varios sectores se unieron para encontrar una solución, que en el tiempo (el plazo de extiende hasta junio de 2021 por la OPEP) pudiera volver a los precios pre pandemia y se mantuvieran estables, aunque la emergencia sanitaria continuara.