Viernes, 10 Julio 2020 09:45

Pasos hacia la reapertura: El momento de la verdad y la responsabilidad.

 

Ante la situación desesperada de muchos sectores que tuvieron que cerrar ante la llegada del Covid 19 y las medidas de cuarentena estricta que se mantuvieron por casi dos meses, el gobierno nacional ha tenido que permitir la reapertura de muchos negocios que están al borde de la quiebra en sectores que otrora fueron tan sólidos como importantes para el desarrollo económico del país. Mientras servicios esenciales como farmacias y supermercados no cerraron, otros como las estaciones de servicio, tampoco lo hicieron, pero dada la situación de consumo que se vió drásticamente afectada, sus ganancias tampoco fueron muy significativas. Para todos los sectores, el consumo fue la clave para sobrevivir, reinventarse e incluso para algunos, significó la oportunidad de crecer. 

Sin embargo, esta reapertura pone a todos en una situación de especial alerta, no es el momento de relajar las medidas de autocuidado, sino más bien, la oportunidad de reforzarlas hasta convertirlas en los hábitos que necesitamos, en tanto se cree una vacuna para el virus, en este tiempo que los expertos han dado en llamar “la nueva normalidad”.

Y es que en tan solo unos meses la dinámica completa del mundo cambió: De trabajar de saco y corbata en la oficina, la gente empezó a trabajar en pijama desde su casa. Las bolsas de valores tuvieron caídas estrepitosas y repuntes históricos en medio de una crisis económica que se proyecta duradera, muchas empresas se reinventaron, otras simplemente cayeron; muy seguramente esta crisis dejará muchas enseñanzas, una de las más importantes es: mirar hacia el futuro. 

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Vale la pena pensar, que una vez superada esta pandemia, muchos ahorrarán como cultura, serán un poco más consientes del papel fundamental de todos los actores de la cadena productiva, serán un poco más empáticos con la naturaleza y probablemente se pueda replantear a la oficina, como “ese lugar ineludible de producción” Pero mientras aparece una tenue luz al final del túnel, hay que seguir con los ojos puestos en la vía, sin olvidar que aun queda un camino largo por recorrer, que ahora más que nunca hay que tener aprehensión el uso del tapabocas,  el lavado de manos, desinfectar los elementos que se exponen en el exterior, restringir las visitas innecesarias, evitar las aglomeraciones y sobre todo empezar a trabajar en una responsabilidad compartida, que vendrá muy bien en el desarrollo de un mundo que tardará un tiempo en volver a su ritmo cotidiano. 

Sin duda, la esperanza más grande es que, la gasolina del mundo del mañana, sea la empatía por el entorno, los semejantes, las oportunidades y la eterna promesa de la transformación, la evolución y el crecimiento.