Martes, 14 Julio 2020 11:39

Nuestro mundo después del confinamiento. 

abstract activity art background 288100

En los tiempos del confinamiento, las reflexiones no paran de llegar y parece que las nuevas perspectivas sobre lo que haremos en el futuro inmediato, nos muestran un mundo casi de ficción: controles constantes, evitar muestras de afecto y que el uso de tapabocas (tan normales antes del Coronavirus en ciudades como Shanghai o Tokio) se vuelva cotidiano para todos nosotros, al menos por un buen tiempo. La pelea está lejos de ganarse, la vacuna definitiva parece estar todavía en el tintero, incluso cuando ya se afirma un éxito rotundo en las pruebas preliminares de varias de ellas, en anuncios como los hechos por las autoridades Rusas o por el equipo científico de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. 

Nuevos focos pequeños de infección, sin embargo, obligan a China a imponer nuevas y estrictas cuarentenas en algunos lugares del país, mientras algunos países europeos temen un rebrote y Latinoamérica parece no estar cerca de ver el pico de la pandemia. El mundo entero hace un gran esfuerzo para volver a la "normalidad" 

 

Pero, al final de esto ¿qué habremos aprendido?

La pandemia nos mostró sin duda, nuestra fragilidad, nuestra incapacidad frente a algo tan pequeño como un virus, nos enseña el valor de trabajo que antes nos parecía aburrido o tedioso, nos acerca a la familia, nos impulsa a tomar nuevos aprendizajes, nos hizo entender que trabajar desde el hogar no es tan bueno como decían, ni tan malo como parecía al principio. Lentamente vamos adaptándonos a los cambios que nos impone la naturaleza y así, una vez más, la constante capacidad del hombre por abrirse espacio en su entorno, se convertirá en el reto evolutivo del siglo, pero más allá de todo, se volverá la herramienta que nos permita reflexionar sobre aquello en lo que hemos acertado y fallado como civilización.